Miércoles, febrero 16 2011 23: 22

Región de la columna torácica

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Los síntomas y signos más comunes que se presentan en la región superior de la espalda y la columna son dolor, sensibilidad, debilidad, rigidez y/o deformidad en la espalda. El dolor es mucho más frecuente en la parte baja de la espalda (lumbar) y en el cuello que en la parte superior del tronco (espalda torácica). Además de los síntomas locales, los trastornos torácicos pueden causar dolor que se irradia a la región lumbar y los miembros inferiores, al cuello y los hombros, a la caja torácica y al abdomen.

Trastornos dolorosos de los tejidos blandos

Las causas del dolor de espalda torácico son multifactoriales y, a menudo, oscuras. Los síntomas en muchos casos surgen de un uso excesivo, un estiramiento excesivo y/o rupturas generalmente leves de los tejidos blandos. Sin embargo, también existen muchos trastornos específicos que pueden provocar dolor de espalda, como la escoliosis severa (joroba) o la cifosis de diferente etiología, Morbus Sheuermann (osteocondritis de la columna torácica, a veces dolorosa en adolescentes pero rara vez en adultos), y otros deformidades que pueden seguir a un trauma o algunas enfermedades neurológicas y musculares. La infección en la columna vertebral (espondilitis) a menudo se localiza en la región torácica. Muchos tipos de microbios pueden causar espondilitis, como la tuberculosis. El dolor de espalda torácico puede ocurrir en enfermedades reumáticas, especialmente en la espondilitis anquilosante y en la osteoporosis severa. Muchas otras enfermedades intraespinales, intratorácicas e intraabdominales, como los tumores, también pueden provocar síntomas en la espalda. Generalmente, es común que el dolor se sienta en la columna torácica (dolor referido). Las metástasis esqueléticas de cáncer de otros sitios se localizan con frecuencia en la columna torácica; esto es especialmente cierto en el caso de los cánceres metastásicos de mama, riñón, pulmón y tiroides. Es extremadamente raro que un disco torácico se rompa, la incidencia es del 0.25 al 0.5% de todas las rupturas de discos intervertebrales.

Examen: En el examen, siempre se deben tener en cuenta muchos trastornos intra y extraespinales que causan síntomas en la espalda torácica. Cuanto mayor es el paciente, más frecuentes son los síntomas de espalda derivados de tumores primarios o metástasis. Por lo tanto, una entrevista exhaustiva y un examen cuidadoso son muy importantes. El propósito del examen es aclarar la etio-logía de la enfermedad. El examen clínico debe incluir procedimientos ordinarios, como inspección, palpación, prueba de fuerza muscular, movilidad articular, estado neurológico, etc. En los casos con síntomas y signos prolongados y graves, y cuando se sospecha una enfermedad específica por radiografía simple, otras pruebas radiográficas, como la resonancia magnética, la tomografía computarizada, la imagen isotópica y la ENMG pueden contribuir a aclarar el diagnóstico etiológico y localizar el proceso del trastorno. Hoy en día, la RM suele ser el método radiológico de elección en la lumbalgia torácica.

Trastornos degenerativos de la columna torácica

Todos los adultos sufren cambios degenerativos en la columna que progresan con la edad. La mayoría de las personas no tienen ningún síntoma de estos cambios, que a menudo se encuentran al investigar otras enfermedades y, por lo general, no tienen ninguna importancia clínica. Con poca frecuencia, los cambios degenerativos en la región torácica conducen a síntomas locales e irradiados: dolor, sensibilidad, rigidez y signos neurológicos.

El estrechamiento del canal espinal, la estenosis espinal, puede conducir a la compresión de los tejidos vasculares y neurológicos, lo que resulta en dolor local y/o irradiado y deficiencia neurológica. Un prolapso de disco torácico rara vez provoca síntomas. En muchos casos, un prolapso de disco detectado radiológicamente es un hallazgo secundario y no provoca ningún síntoma.

Los principales signos de los trastornos degenerativos de la columna torácica son sensibilidad local, espasmo o debilidad muscular y disminución local de la movilidad de la columna. En algunos casos puede haber trastornos neurológicos: paresia muscular, deficiencias en los reflejos y la sensibilidad localmente y/o distalmente de los tejidos afectados.

El pronóstico en el prolapso de disco torácico suele ser bueno. Los síntomas desaparecen como en la región lumbar y del cuello en unas pocas semanas.

Examen. Un examen adecuado es esencial especialmente en personas ancianas en dolor prolongado e intenso y en paresia. Además de una entrevista detallada, debe realizarse un examen clínico adecuado, que incluya inspección, palpación, pruebas de movilidad, fuerza muscular y estado neurológico. De los exámenes radiológicos, la radiografía simple, la TC y especialmente la RM son ventajosas para evaluar el diagnóstico etiológico y la localización de los cambios patológicos en la columna vertebral. La ENMG y las imágenes con isótopos pueden contribuir al diagnóstico. En el diagnóstico diferencial las pruebas de laboratorio pueden ser valiosas. En el prolapso de disco espinal puro y los cambios degenerativos no hay anomalías específicas en las pruebas de laboratorio.

 

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