La toxicología juega un papel importante en el desarrollo de regulaciones y otras políticas de salud ocupacional. Para prevenir lesiones y enfermedades ocupacionales, las decisiones se basan cada vez más en la información que se puede obtener antes o en ausencia de los tipos de exposición humana que producirían información definitiva sobre el riesgo, como los estudios epidemiológicos. Además, los estudios toxicológicos, tal como se describen en este capítulo, pueden brindar información precisa sobre la dosis y la respuesta en las condiciones controladas de la investigación de laboratorio; esta información suele ser difícil de obtener en el entorno no controlado de las exposiciones ocupacionales. Sin embargo, esta información debe evaluarse cuidadosamente para estimar la probabilidad de efectos adversos en humanos, la naturaleza de estos efectos adversos y la relación cuantitativa entre exposiciones y efectos.
Se ha prestado considerable atención en muchos países, desde la década de 1980, al desarrollo de métodos objetivos para utilizar la información toxicológica en la toma de decisiones reglamentarias. Métodos formales, frecuentemente denominados evaluación de riesgos, han sido propuestos y utilizados en estos países por entidades gubernamentales y no gubernamentales. La evaluación de riesgos se ha definido de diversas formas; fundamentalmente es un proceso evaluativo que incorpora información toxicológica, epidemiológica y de exposición para identificar y estimar la probabilidad de efectos adversos asociados con la exposición a sustancias o condiciones peligrosas. La evaluación de riesgos puede ser de naturaleza cualitativa, indicando la naturaleza de un efecto adverso y una estimación general de la probabilidad, o puede ser cuantitativa, con estimaciones del número de personas afectadas a niveles específicos de exposición. En muchos sistemas regulatorios, la evaluación de riesgos se lleva a cabo en cuatro etapas: identificación de peligros, la descripción de la naturaleza del efecto tóxico; evaluación dosis-respuesta, un análisis semicuantitativo o cuantitativo de la relación entre la exposición (o dosis) y la gravedad o probabilidad del efecto tóxico; Asesoramiento de exposición, la evaluación de la información sobre el rango de exposiciones que probablemente ocurran para las poblaciones en general o para los subgrupos dentro de las poblaciones; caracterización del riesgo, la compilación de toda la información anterior en una expresión de la magnitud del riesgo que se espera que ocurra bajo condiciones de exposición especificadas (ver NRC 1983 para una declaración de estos principios).
En esta sección, se presentan tres enfoques para la evaluación de riesgos a modo ilustrativo. Es imposible proporcionar un compendio completo de los métodos de evaluación de riesgos utilizados en todo el mundo, y estas selecciones no deben tomarse como prescriptivas. Cabe señalar que existen tendencias hacia la armonización de los métodos de evaluación de riesgos, en parte como respuesta a las disposiciones de los recientes acuerdos del GATT. Actualmente se encuentran en marcha dos procesos de armonización internacional de métodos de evaluación de riesgos, a través del Programa Internacional sobre Seguridad Química (IPCS) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Estas organizaciones también mantienen información actualizada sobre enfoques nacionales para la evaluación de riesgos.