Miércoles, marzo de 02 2011 15: 16

Ergonomía hospitalaria: una revisión

Valora este artículo
(4 votos)

Autora: Madeleine R. Estryn-Béhar

La ergonomía es una ciencia aplicada que se ocupa de la adecuación del trabajo y del lugar de trabajo a las características y capacidades del trabajador para que pueda desempeñar las funciones del puesto de manera eficaz y segura. Aborda las capacidades físicas del trabajador en relación con los requisitos físicos del trabajo (por ejemplo, fuerza, resistencia, destreza, flexibilidad, capacidad para tolerar posiciones y posturas, agudeza visual y auditiva), así como su estado mental y emocional en relación a la forma en que se organiza el trabajo (por ejemplo, horarios de trabajo, carga de trabajo y estrés relacionado con el trabajo). Idealmente, se hacen adaptaciones al mobiliario, equipo y herramientas utilizadas por el trabajador y al ambiente de trabajo para permitir que el trabajador se desempeñe adecuadamente sin riesgo para sí mismo, sus compañeros de trabajo y el público. En ocasiones, es necesario mejorar la adaptación del trabajador al puesto de trabajo mediante, por ejemplo, una formación especial y el uso de equipos de protección individual.

Desde mediados de la década de 1970, se ha ampliado la aplicación de la ergonomía a los trabajadores de hospitales. Ahora está dirigido a aquellos involucrados en la atención directa del paciente (p. ej., médicos y enfermeras), aquellos involucrados en servicios auxiliares (p. ej., técnicos, personal de laboratorio, farmacéuticos y trabajadores sociales) y aquellos que brindan servicios de apoyo (p. ej., personal administrativo y de oficina, personal de servicio de alimentos, personal de limpieza, trabajadores de mantenimiento y personal de seguridad).

Se ha llevado a cabo una amplia investigación sobre la ergonomía de la hospitalización, y la mayoría de los estudios intentan identificar hasta qué punto los administradores del hospital deben permitir la libertad del personal del hospital en el desarrollo de estrategias para conciliar una carga de trabajo aceptable con una buena calidad de atención. La ergonomía participativa se ha generalizado cada vez más en los hospitales en los últimos años. Más concretamente, se han reorganizado las salas a partir de análisis ergonómicos de la actividad realizados en colaboración con personal médico y paramédico, y se ha utilizado la ergonomía participativa como base para la adaptación de equipos para su uso sanitario.

En los estudios de ergonomía hospitalaria, el análisis de la estación de trabajo debe extenderse al menos al nivel departamental: la distancia entre las habitaciones y la cantidad y ubicación del equipo son consideraciones cruciales.

El esfuerzo físico es uno de los principales determinantes de la salud de los trabajadores sanitarios y de la calidad de la atención que dispensan. Dicho esto, también se deben abordar las frecuentes interrupciones que dificultan el cuidado y el efecto de los factores psicológicos asociados al enfrentamiento con la enfermedad grave, el envejecimiento y la muerte. Dar cuenta de todos estos factores es una tarea difícil, pero los enfoques que se centran solo en factores individuales no lograrán mejorar ni las condiciones de trabajo ni la calidad de la atención. Asimismo, la percepción de los pacientes sobre la calidad de su estancia hospitalaria está determinada por la eficacia de la atención que reciben, su relación con los médicos y demás personal, la alimentación y el entorno arquitectónico.

Básico para la ergonomía hospitalaria es el estudio de la suma y la interacción de factores personales (p. ej., fatiga, estado físico, edad y entrenamiento) y factores circunstanciales (p. ej., organización del trabajo, horario, distribución del piso, mobiliario, equipo, comunicación y apoyo psicológico dentro del trabajo). equipo), que se combinan para afectar el desempeño del trabajo. La identificación precisa del trabajo real realizado por los trabajadores de la salud depende de la observación ergonómica de jornadas laborales completas y la recopilación de información válida y objetiva sobre los movimientos, las posturas, el rendimiento cognitivo y el control emocional necesarios para satisfacer los requisitos del trabajo. Esto ayuda a detectar factores que pueden interferir en un trabajo eficaz, seguro, cómodo y saludable. Este enfoque también arroja luz sobre la posibilidad de que los trabajadores sufran o disfruten de su trabajo. Las recomendaciones finales deben tener en cuenta la interdependencia de los distintos profesionales y auxiliares que atienden a un mismo paciente.

Estas consideraciones sientan las bases para futuras investigaciones específicas. El análisis de la tensión relacionada con el uso de equipos básicos (p. ej., camas, carritos de comida y equipos móviles de rayos X) puede ayudar a aclarar las condiciones de uso aceptable. Las mediciones de los niveles de iluminación pueden complementarse con información sobre el tamaño y el contraste de las etiquetas de los medicamentos, por ejemplo. Cuando las alarmas emitidas por diferentes equipos de la unidad de cuidados intensivos pueden confundirse, el análisis de su espectro acústico puede resultar útil. La informatización de las historias clínicas de los pacientes no debe llevarse a cabo a menos que se hayan analizado las estructuras formales e informales de apoyo a la información. La interdependencia de los diversos elementos del entorno de trabajo de un cuidador dado siempre debe tenerse en cuenta al analizar factores aislados.

Es esencial el análisis de la interacción de los diferentes factores que influyen en la atención: tensión física, tensión cognitiva, tensión afectiva, programación, ambiente, arquitectura y protocolos de higiene. Es importante adaptar los horarios y las áreas comunes de trabajo a las necesidades del equipo de trabajo para intentar mejorar el manejo integral del paciente. La ergonomía participativa es una forma de utilizar información específica para lograr mejoras amplias y relevantes en la calidad de la atención y en la vida laboral. Involucrar a todas las categorías de personal en las etapas clave de la búsqueda de soluciones ayuda a garantizar que las modificaciones finalmente adoptadas cuenten con todo su apoyo.

Posturas de Trabajo

Estudios epidemiológicos de trastornos articulares y musculoesqueléticos. Varios estudios epidemiológicos han indicado que las posturas y técnicas de manejo inapropiadas están asociadas con una duplicación del número de problemas de espalda, articulaciones y músculos que requieren tratamiento y tiempo fuera del trabajo. Este fenómeno, discutido con mayor detalle en otra parte de este capítulo y Enciclopedia, se relaciona con el desgaste físico y cognitivo.

Las condiciones de trabajo difieren de un país a otro. Siegel et al. (1993) compararon las condiciones en Alemania y Noruega y encontraron que el 51% de las enfermeras alemanas, pero solo el 24% de las enfermeras noruegas, sufrían dolor lumbar en un día determinado. Las condiciones de trabajo en los dos países diferían; sin embargo, en los hospitales alemanes, la relación paciente-enfermera era el doble y el número de camas de altura ajustable era la mitad que en los hospitales noruegos, y menos enfermeras tenían equipos para el manejo de pacientes (78 % frente al 87 % en los hospitales noruegos).

Estudios epidemiológicos del embarazo y su resultado. Debido a que la fuerza laboral del hospital suele ser predominantemente femenina, la influencia del trabajo en el embarazo a menudo se convierte en un tema importante (consulte los artículos sobre el embarazo y el trabajo en otras partes de este artículo). Enciclopedia). Saurel-Cubizolles et al. (1985) en Francia, por ejemplo, estudiaron a 621 mujeres que regresaron al trabajo hospitalario después de dar a luz y encontraron que una tasa más alta de partos prematuros estaba asociada con tareas domésticas pesadas (por ejemplo, limpieza de ventanas y pisos), transporte de cargas pesadas y largos períodos de tiempo. de pie Cuando se combinaron estas tareas, se incrementó la tasa de nacimientos prematuros: 6% cuando interviene solo uno de estos factores y hasta 21% cuando intervienen dos o tres. Estas diferencias siguen siendo significativas tras el ajuste por antigüedad, características sociodemográficas y nivel profesional. Estos factores también se asociaron con una mayor frecuencia de contracciones, más ingresos hospitalarios durante el embarazo y, en promedio, una licencia por enfermedad más prolongada.

En Sri Lanka, Senevirane y Fernando (1994) compararon 130 embarazos de 100 enfermeras y 126 de oficinistas cuyos trabajos presumiblemente eran más sedentarios; los antecedentes socioeconómicos y el uso de la atención prenatal fueron similares para ambos grupos. Los índices de probabilidad de complicaciones del embarazo (2.18) y parto prematuro (5.64) fueron altos entre los funcionarios de enfermería.

Observación Ergonómica de Jornadas Laborales

El efecto del esfuerzo físico en los trabajadores de la salud se ha demostrado a través de la observación continua de los días de trabajo. Investigaciones en Bélgica (Malchaire 1992), Francia (Estryn-Béhar y Fouillot 1990a) y Checoslovaquia (Hubacova, Borsky y Strelka 1992) han demostrado que los trabajadores de la salud pasan de 60 a 80% de su jornada laboral de pie (ver tabla 1). Se observó que las enfermeras belgas pasaban aproximadamente el 10 % de su jornada laboral inclinadas; Las enfermeras checoslovacas dedicaron el 11 % de su jornada laboral a posicionar a los pacientes; y las enfermeras francesas pasaban del 16 al 24 % de su jornada laboral en posiciones incómodas, como agacharse o en cuclillas, o con los brazos levantados o cargados.

Tabla 1. Distribución del tiempo de las enfermeras en tres estudios

 

Checoslovaquia

Bélgica

Francia

Escritores

Hubacova, Borsky y Strelka 1992*

Malchaire 1992**

Estryn-Béhar y
Fouillot 1990a***

Departamentos

5 departamentos médicos y quirúrgicos

Cirugía Cardiovascular

10 médicos y
departamentos quirúrgicos

Tiempo medio de las principales posturas y distancia total recorrida por las enfermeras:

por ciento trabajando
horas de pie y
a pie

76%

Mañana 61%
Tarde 77%
Noche 58%

Mañana 74%
Tarde 82%
Noche 66%

Incluyendo agacharse,
en cuclillas, brazos
levantado, cargado

11%

 

Mañana 16%
Tarde 30%
Noche 24%

De pie flexionado

 

Mañana 11%
Tarde 9%
Noche 8%

 

Distancia recorrida

 

Mañana 4km
Tarde 4km
Noche 7 km

Mañana 7km
Tarde 6km
Noche 5 km

por ciento trabajando
horas con pacientes

Tres turnos: 47%

Mañana 38%
Tarde 31%
Noche 26%

Mañana 24%
Tarde 30%
Noche 27%

Número de observaciones por turno:* 74 observaciones en 3 turnos. ** Mañana: 10 observaciones (8 h); tarde: 10 observaciones (8 h); noche: 10 observaciones (11 h). *** Mañana: 8 observaciones (8 h); tarde: 10 observaciones (8 h); noche: 9 observaciones (10-12 h).

En Francia, las enfermeras del turno de noche pasan algo más de tiempo sentadas, pero terminan su turno haciendo las camas y brindando atención, lo que implica trabajar en posiciones incómodas. Para ello son asistidos por una auxiliar de enfermería, pero esto debe contrastarse con la situación del turno de la mañana, donde estas tareas suelen ser realizadas por dos auxiliares de enfermería. En general, las enfermeras que trabajan en turnos de día pasan menos tiempo en posiciones incómodas. Los auxiliares de enfermería estaban constantemente de pie y las posiciones incómodas, debido en gran parte al equipo inadecuado, representaban del 31 % (turno de la tarde) al 46 % (turno de la mañana) de su tiempo. Las instalaciones para pacientes en estos hospitales universitarios franceses y belgas estaban distribuidas en grandes áreas y consistían en habitaciones que contenían de una a tres camas. Las enfermeras de estas salas caminaban un promedio de 4 a 7 km por día.

La observación ergonómica detallada de jornadas laborales completas (Estryn-Béhar y Hakim-Serfaty 1990) es útil para revelar la interacción de los factores que determinan la calidad de la atención y la forma en que se realiza el trabajo. Considere las situaciones muy diferentes en una unidad de cuidados intensivos pediátricos y una sala de reumatología. En las unidades de reanimación pediátrica, la enfermera pasa el 71 % de su tiempo en las habitaciones de los pacientes y el equipo de cada paciente se guarda en carros individuales abastecidos por auxiliares de enfermería. Las enfermeras de esta sala cambian de ubicación solo 32 veces por turno, recorriendo un total de 2.5 km. Pueden comunicarse con los médicos y otras enfermeras en el salón contiguo o en el puesto de enfermería a través de los intercomunicadores que se han instalado en todas las habitaciones de los pacientes.

Por el contrario, el puesto de enfermería de la planta de reumatología está muy lejos de las habitaciones de los pacientes y la preparación de los cuidados es larga (38% del tiempo de turno). Como resultado, las enfermeras pasan solo el 21% de su tiempo en las habitaciones de los pacientes y cambian de ubicación 128 veces por turno, recorriendo un total de 17 km. Esto ilustra claramente la interrelación entre el esfuerzo físico, los problemas de espalda y los factores organizacionales y psicológicos. Debido a que necesitan moverse rápidamente y obtener equipos e información, las enfermeras solo tienen tiempo para consultas en los pasillos; no hay tiempo para sentarse mientras brindan atención, escuchan a los pacientes y les brindan respuestas personalizadas e integradas.

La observación continua de 18 enfermeras holandesas en salas de estadías prolongadas reveló que pasaban el 60% de su tiempo realizando trabajos físicamente exigentes sin contacto directo con sus pacientes (Engels, Senden y Hertog 1993). La limpieza y la preparación representan la mayor parte del 20% del tiempo descrito como dedicado a actividades "ligeramente peligrosas". En total, el 0.2 % del tiempo de turno se dedicó a posturas que requerían una modificación inmediata y el 1.5 % del tiempo de turno a posturas que requerían una modificación rápida. El contacto con los pacientes fue el tipo de actividad más frecuentemente asociado con estas posturas peligrosas. Los autores recomiendan modificar las prácticas de manejo de pacientes y otras tareas menos peligrosas pero más frecuentes.

Dada la tensión fisiológica del trabajo de los auxiliares de enfermería, la medición continua de la frecuencia cardíaca es un complemento útil para la observación. Raffray (1994) utilizó esta técnica para identificar las tareas domésticas arduas y recomendó no restringir al personal a este tipo de tareas durante todo el día.

El análisis de fatiga electromiográfico (EMG) también es interesante cuando la postura del cuerpo debe permanecer más o menos estática, por ejemplo, durante las operaciones con un endoscopio (Luttman et al. 1996).

Influencia de la arquitectura, el equipamiento y la organización

Shindo (40) demostró la insuficiencia del equipo de enfermería, en particular las camas, en 1992 hospitales japoneses. Además, las habitaciones de los pacientes, tanto las que albergaban de seis a ocho pacientes como las habitaciones individuales reservadas para los muy enfermos, estaban mal distribuidas y eran extremadamente pequeñas. Matsuda (1992) informó que estas observaciones deberían conducir a mejoras en la comodidad, seguridad y eficiencia del trabajo de enfermería.

En un estudio francés (Saurel 1993), el tamaño de las habitaciones de los pacientes fue problemático en 45 de 75 pabellones de estancia media y larga. Los problemas más comunes fueron:

  • falta de espacio (30 pabellones)
  • dificultad para maniobrar camillas de traslado de pacientes (17)
  • espacio inadecuado para muebles (13)
  • la necesidad de sacar camas de la habitación para trasladar pacientes (12)
  • difícil acceso y mala disposición del mobiliario (10)
  • puertas que eran demasiado pequeñas (8)
  • dificultad para moverse entre las camas (8).

 

La superficie media disponible por cama para pacientes y enfermeras está en la raíz de estos problemas y disminuye a medida que aumenta el número de camas por habitación: 12.98 m2, 9.84 m2, 9.60 m2, 8.49 m2 y 7.25 m2 para habitaciones de una, dos, tres, cuatro y más de cuatro camas. Un índice más exacto del área útil disponible para el personal se obtiene restando el área ocupada por las propias camas (1.8 a 2.0 m2) y por otros equipos. El Departamento de Salud francés prescribe una superficie útil de 16 m2 para habitaciones individuales y 22 m2 para habitaciones dobles. El Departamento de Salud de Quebec recomienda 17.8 m2 y 36 m2, respectivamente.

En cuanto a los factores que favorecen el desarrollo de problemas de espalda, los mecanismos de altura variable estuvieron presentes en el 55.1% de las 7,237 camas examinadas; de estos, solo el 10.3% tenían controles eléctricos. Los sistemas de transferencia de pacientes, que reducen el levantamiento, eran raros. Estos sistemas fueron utilizados sistemáticamente por el 18.2% de los 55 distritos que respondieron, y más de la mitad de los distritos informaron que los usaban "rara vez" o "nunca". El 58.5 % de las 65 salas que respondieron informó que la maniobrabilidad de los carritos de comida era "mala" o "bastante mala". No hubo mantenimiento periódico de equipos móviles en 73.3% de 72 salas que respondieron.

En casi la mitad de las salas que respondieron, no había habitaciones con asientos que las enfermeras pudieran usar. En muchos casos, esto parece haberse debido al pequeño tamaño de las habitaciones de los pacientes. Por lo general, solo era posible sentarse en los salones: en 10 unidades, la estación de enfermería en sí no tenía asientos. Sin embargo, 13 unidades reportaron no tener salón y 4 unidades usaron la despensa para este propósito. En 30 distritos, no había asientos en esta sala.

Según las estadísticas de 1992 proporcionadas por la Confederación de Empleados de los Servicios de Salud del Reino Unido (COHSE), el 68.2% de las enfermeras consideraban que no había suficientes elevadores mecánicos de pacientes y ayudantes de manipulación y el 74.5% pensaban que se esperaba que aceptaran problemas de espalda como parte normal de su trabajo.

En Quebec, la Asociación Sectorial Conjunta, Sector de Asuntos Sociales (Association pour la santé et la sécurité du travail, secteur afffaires sociales, ASSTAS) inició su proyecto “Prevención-Planificación-Renovación-Construcción” en 1993 (Villeneuve 1994). Durante 18 meses, se solicitó financiamiento para casi 100 proyectos bipartitos, algunos con un costo de varios millones de dólares. El objetivo de este programa es maximizar las inversiones en prevención abordando los problemas de salud y seguridad al principio de la etapa de diseño de los proyectos de planificación, renovación y diseño.

La asociación completó la modificación de las especificaciones de diseño para las habitaciones de los pacientes en las unidades de atención a largo plazo en 1995. Después de observar que las tres cuartas partes de los accidentes laborales que involucran a las enfermeras ocurren en las habitaciones de los pacientes, la asociación propuso nuevas dimensiones para las habitaciones de los pacientes y nuevos las habitaciones ahora deben proporcionar una cantidad mínima de espacio libre alrededor de las camas y acomodar elevadores de pacientes. Con unas medidas de 4.05 por 4.95 m, las habitaciones son más cuadradas que las antiguas habitaciones rectangulares. Para mejorar el rendimiento, se instalaron elevadores de pacientes montados en el techo, en colaboración con el fabricante.

La asociación también está trabajando en la modificación de las normas de construcción de los baños, donde también se producen muchos accidentes laborales, aunque en menor medida que en las propias habitaciones. Finalmente, se estudia la viabilidad de aplicar revestimientos antideslizantes (con un coeficiente de fricción por encima del estándar mínimo de 0.50) en los pisos, ya que la mejor manera de promover la autonomía del paciente es proporcionar una superficie antideslizante en la que ni ellos ni las enfermeras puedan resbalar. .

Evaluación de equipos que reducen el esfuerzo físico

Se han formulado propuestas para mejorar las camas (Teyssier-Cotte, Rocher y Mereau 1987) y los carritos de comida (Bouhnik et al. 1989), pero su impacto es demasiado limitado. Tintori et al. (1994) estudiaron camas de altura ajustable con elevadores de baúles eléctricos y elevadores de colchones mecánicos. Los elevadores de baúles fueron considerados satisfactorios por el personal y los pacientes, pero los elevadores de colchones fueron muy insatisfactorios, ya que ajustar las camas requería más de ocho pedaladas, cada una de las cuales excedía los estándares de fuerza del pie. Oprimir un botón ubicado cerca de la cabeza del paciente mientras se habla con él o ella es claramente preferible a bombear un pedal ocho veces desde el pie de la cama (ver figura 1). Debido a limitaciones de tiempo, el elevador de colchón a menudo simplemente no se usaba.

Figura 1. Los elevadores de baúles operados electrónicamente en camas reducen efectivamente los accidentes de levantamiento

HCF060F5

B. florete

Van der Star y Voogd (1992) estudiaron a trabajadores de la salud que atendían a 30 pacientes en un nuevo prototipo de cama durante un período de seis semanas. Las observaciones de las posiciones de los trabajadores, la altura de las superficies de trabajo, la interacción física entre las enfermeras y los pacientes y el tamaño del espacio de trabajo se compararon con los datos recopilados en la misma sala durante un período de siete semanas antes de la introducción del prototipo. El uso de los prototipos redujo el tiempo total pasado en posiciones incómodas mientras se lavaba a los pacientes del 40 % al 20 %; para hacer camas las cifras fueron 35% y 5%. Los pacientes también disfrutaban de una mayor autonomía y, a menudo, cambiaban de posición por sí mismos, levantando el tronco o las piernas mediante botones de control eléctricos.

En los hospitales suecos, cada habitación doble está equipada con elevadores de pacientes montados en el techo (Ljungberg, Kilbom y Goran 1989). Programas rigurosos como el Proyecto Abril evalúan la interrelación de las condiciones de trabajo, la organización del trabajo, el establecimiento de una escuela de espalda y la mejora de la condición física (Öhling y Estlund 1995).

En Quebec, ASSTAS desarrolló un enfoque global para el análisis de las condiciones de trabajo que causan problemas de espalda en los hospitales (Villeneuve 1992). Entre 1988 y 1991, este enfoque condujo a modificaciones del entorno de trabajo y el equipo utilizado en 120 salas y una reducción del 30% en la frecuencia y gravedad de las lesiones laborales. En 1994, un análisis de costo-beneficio realizado por la asociación demostró que la implementación sistemática de elevadores de pacientes montados en el techo reduciría los accidentes laborales y aumentaría la productividad, en comparación con el uso continuado de elevadores móviles en tierra (consulte la figura 2).

Figura 2. Uso de grúas para pacientes montadas en el techo para reducir los accidentes de elevación

HCF060F4

Contabilización de la variación individual y actividad facilitadora

La población femenina en Francia generalmente no es muy activa físicamente. De 1,505 enfermeras estudiadas por Estryn-Béhar et al. (1992), el 68% no realizaba actividad deportiva, siendo la inactividad más pronunciada entre las madres y el personal no calificado. En Suecia, se ha informado que los programas de acondicionamiento físico para el personal hospitalario son útiles (Wigaeus Hjelm, Hagberg y Hellstrom 1993), pero solo son factibles si los participantes potenciales no terminan su día de trabajo demasiado cansados ​​para participar.

La adopción de mejores posturas de trabajo también está condicionada por la posibilidad de llevar ropa adecuada (Lempereur 1992). La calidad de los zapatos es particularmente importante. Deben evitarse las suelas duras. Las suelas antideslizantes previenen los accidentes laborales por resbalones y caídas, que en muchos países son la segunda causa de accidentes con baja laboral. Los cubrezapatos o botas mal ajustados usados ​​por el personal de la sala de operaciones para minimizar la acumulación de electricidad estática pueden ser un peligro de caídas.

Los resbalones en pisos nivelados se pueden prevenir usando superficies de piso de bajo deslizamiento que no requieran encerado. El riesgo de resbalones, particularmente en las puertas, también puede reducirse usando técnicas que no dejen el piso húmedo por mucho tiempo. El uso de un trapeador por habitación, recomendado por los departamentos de higiene, es una de esas técnicas y tiene la ventaja adicional de reducir el manejo de cubos de agua.

En el condado de Vasteras (Suecia), la implementación de varias medidas prácticas redujo los síndromes dolorosos y el ausentismo en al menos un 25% (Modig 1992). En los archivos (por ejemplo, salas de registros o archivos), se eliminaron los estantes a nivel del suelo y del techo, y se instaló un tablero deslizante ajustable en el que el personal puede tomar notas mientras consulta los archivos. También se construyó una oficina de recepción equipada con archivos móviles, una computadora y un teléfono. La altura de las unidades de archivo es ajustable, lo que permite a los empleados ajustarlas a sus propias necesidades y facilita la transición de estar sentado a estar de pie durante el trabajo.

Importancia del “anti-lifting”

En muchos países se han propuesto técnicas manuales de manejo de pacientes diseñadas para prevenir lesiones en la espalda. Dados los malos resultados de estas técnicas que se han informado hasta la fecha (Dehlin et al. 1981; Stubbs, Buckle y Hudson 1983), se necesita más trabajo en esta área.

El departamento de kinesiología de la Universidad de Groningen (Países Bajos) ha desarrollado un programa integrado de manejo de pacientes (Landewe y Schröer 1993) que consiste en:

  • reconocimiento de la relación entre el manejo del paciente y la tensión en la espalda
  • demostración del valor del enfoque "anti-levantamiento"
  • sensibilización de los estudiantes de enfermería a lo largo de sus estudios sobre la importancia de evitar la tensión en la espalda
  • el uso de técnicas de resolución de problemas
  • atención a la implementación y evaluación.

 

En el enfoque “anti-lifting”, la resolución de problemas asociados con los traslados de pacientes se basa en el análisis sistemático de todos los aspectos de los traslados, especialmente aquellos relacionados con pacientes, enfermeras, equipos de traslado, trabajo en equipo, condiciones generales de trabajo y barreras ambientales y psicológicas. al uso de elevadores de pacientes (Friele y Knibbe 1993).

La aplicación de la norma europea EN 90/269 del 29 de mayo de 1990 sobre problemas de espalda es un ejemplo de un excelente punto de partida para este enfoque. Además de exigir a los empleadores que implementen estructuras de organización del trabajo apropiadas u otros medios apropiados, particularmente equipos mecánicos, para evitar el manejo manual de cargas por parte de los trabajadores, también enfatiza la importancia de políticas de manejo “sin riesgo” que incorporen capacitación. En la práctica, la adopción de posturas y prácticas de manejo adecuadas depende de la cantidad de espacio funcional, presencia de mobiliario y equipo apropiado, buena colaboración en la organización del trabajo y calidad de la atención, buena condición física y ropa de trabajo cómoda. El efecto neto de estos factores es una mejor prevención de los problemas de espalda.

 

Atrás

Leer 11200 veces Última modificación el sábado 14 de mayo de 2022 02:36

" EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD: La OIT no se responsabiliza por el contenido presentado en este portal web que se presente en un idioma que no sea el inglés, que es el idioma utilizado para la producción inicial y la revisión por pares del contenido original. Ciertas estadísticas no se han actualizado desde la producción de la 4ª edición de la Enciclopedia (1998)."

Contenido

Referencias de instalaciones y servicios de atención médica

Abdo, R y H Chriske. 1990. HAV-Infektionsrisiken im Krankenhaus, Altenheim und Kindertagesstätten. En Arbeitsmedizin im Gesundheitsdienst, Banda 5, editado por F Hofmann y U Stössel. Stuttgart: Gentner Verlag.

Acton, W. 1848. Sobre las ventajas del caouchoue y la gutapercha en la protección de la piel contra el contagio de venenos animales. un artículo del XNUMX de Lancet, 12: 588.

Ahlin, J. 1992. Estudios de casos interdisciplinarios en oficinas en Suecia. En Espacio Corporativo y Arquitectura. vol. 2. París: Ministére de l'équipment et du logement.

Akinori, H y O Hiroshi. 1985. Análisis de fatiga y condiciones de salud entre enfermeras de hospitales. J Ciencia del Trabajo 61: 517-578.

Allmeers, H, B Kirchner, H Huber, Z Chen, JW Walter y X Baur. 1996. El período de latencia entre la exposición y los síntomas en la alergia al látex natural: Sugerencias para la prevención. Dtsh Med Wochenschr 121 (25/26):823-828.

Alter, MJ. 1986. Susceptibilidad al virus varicela zoster entre adultos con alto riesgo de exposición. Infec Contr Hosp Epid 7: 448-451.

—. 1993. La detección, transmisión y resultado de la infección por hepatitis C. Infectar agentes dis 2: 155-166.

Alter, MJ, HS Margolis, K Krawczynski, FN Judson, A Mares, WJ Alexander, PY Hu, JK Miller, MA Gerber y RE Sampliner. 1992. La historia natural de la hepatitis C adquirida en la comunidad en los Estados Unidos. Nueva Engl J Med 327: 1899-1905.

Conferencia Americana de Higienistas Industriales Gubernamentales (ACGIH). 1991. Documentación de los Valores Límite Umbral e Índices de Exposición Biológica, 6ª edición. Cincinnati, OH: ACGIH.

—. 1994. TLV: valores límite de umbral e índices de exposición biológica para 1994-1995. Cincinnati, Ohio: ACGIH.

Asociación Americana de Hospitales (AHA). 1992. Implementación de prácticas de agujas más seguras. Chicago, Illinois: AHA.

Instituto Americano de Arquitectos. 1984. Determinación de los requisitos de espacio del hospital. Washington, DC: Prensa del Instituto Americano de Arquitectos.

Comité del Instituto Americano de Arquitectos sobre Arquitectura para la Salud. 1987. Directrices para la Construcción y Equipamiento de Instalaciones Hospitalarias y Médicas. Washington, DC: Instituto Americano de Acrchitects Press.

Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE). 1987. Instalaciones de salud. En Manual de ASHRAE: Sistemas y aplicaciones de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Atlanta, Georgia: ASHRAE.

Luego. 1996. Nuevos medicamentos para la infección por VIH. Carta Médica de Medicamentos y Terapéutica 38: 37.

Axelsson, G, R Rylander y I Molin. 1989. Resultado del embarazo en relación con horarios de trabajo irregulares e inconvenientes. Brit J Ind Med 46: 393-398.

Beatty, JSK Ahern y R Katz. 1977. La privación del sueño y la vigilancia de los anestesiólogos durante la cirugía simulada. En Vigilancia, editado por RR Mackie. Nueva York: Plenum Press.

Beck-Friis, B, P Strang y PO Sjöden. 1991. Estrés laboral y satisfacción laboral en la atención domiciliaria hospitalaria. Revista de cuidados paliativos 7 (3): 15 21-.

Benenson, AS (ed.). 1990. Control de enfermedades transmisibles en el hombre, 15ª edición. Washington, DC: Asociación Estadounidense de Salud Pública.

Bertold, H, F Hofmann, M Michaelis, D Neumann-Haefelin, G Steinert y J Wölfle. 1994. Hepatitis C—Risiko für Beschäftigte im Gesundheitsdienst? En Arbeitsmedizin im Gesundheitsdienst, Banda 7, editado por F Hofmann, G Reschauer y U Stössel. Stuttgart: Gentner Verlag.

Bertram, DA. 1988. Características de los turnos y actuación de los residentes de segundo año en un servicio de urgencias. NY State J Med 88: 10-14.

Berufsgenossenschaft für Gesundheitsdienst und Wohlfahrtspflege (BGW). 1994. Geschäftsbericht.

Bissel, L y R Jones. 1975. Médicos discapacitados ignorados por sus pares. Presentado en la Conferencia de la Asociación Médica Estadounidense sobre el Médico Incapacitado, 11 de abril, San Francisco, CA.

Biker, TE. 1976. Llegando al médico deprimido. JAMA 236 (15): 1713 1716-.

Blanchard, M, MM Cantel, M Faivre, J Girot, JP Ramette, D Thely y M Estryn-Béhar. 1992. Incidence des rythmes biologiques sur le travail de nuit. En Ergonomie à l'hôpital, editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Toulouse: Edición Octares.

Blanpain, C y M Estryn-Béhar. 1990. Measures d'ambiance physique dans dix services hospitaliers. Actuaciones 45: 18-33.

Blaycock, B. 1995. Alergias al látex: descripción general, prevención e implicaciones para el cuidado de enfermería. Manejo de heridas de ostomía 41(5):10-12,14-15.

Blazer, MJ, FJ Hickman, JJ Farmer y DJ Brenner. 1980. Salmonella typhi: El laboratorio como reservorio de infección. Journal of Infectious Diseases 142: 934-938.

Golpe, RJ y MIV Jayson. 1988. Dolor de espalda. En Aptitud para el trabajo: el enfoque médico, editado por FC Edwards, RL McCallum y PJ Taylor. Oxford: Prensa de la Universidad de Oxford.

Boehm, G y E Bollinger. 1990. Importancia de los factores ambientales en los volúmenes de alimentación enteral tolerados para pacientes en unidades de cuidados intensivos neonatales. Praxis infantil 58 (6): 275 279-.

Bongers, P, RD Winter, MAJ Kompier y VV Hildebrandt. 1992. Factores Psicosociales en el Trabajo y Enfermedades Musculoesqueléticas. Revisión de la literatura. Leiden, Países Bajos: TNO.

Bouhnik, C, M Estryn-Béhar, B Kapitaniak, M Rocher y P Pereau. 1989. Le roulage dans les établissements de soins. Documento para la medicina del trabajo. INRS 39: 243-252.

Boulard, R. 1993. Les indices de santé mentale du staff infirmier: l'impact de la charge de travail, de l'autonomie et du soutien social. En La psicologie du travail à l'aube du XXI° siècle. Actes du 7° Congrès de psychologie du travail de langue française. Issy-les-Moulineaux: Ediciones EAP.

Bien, GM. 1989. Enfrentando la Violencia Física. Londres: Sociedad Psicológica Británica.

Bruce, DL y MJ Bach. 1976. Efectos de las trazas de concentración de gases anestésicos en el desempeño conductual del personal de quirófano. DHEW (NIOSH) Publicación No. 76-169. Cincinnati, OH: NIOSH.

Bruce, DL, KA Eide, HW Linde y JE Eckenhoff. 1968. Causas de muerte entre anestesiólogos: una encuesta de 20 años. Anestesiología 29: 565-569.

Bruce, DL, KA Eide, NJ Smith, F Seltzer y MH Dykes. 1974. Una encuesta prospectiva de la mortalidad de los anestesiólogos, 1967-1974. Anestesiología 41: 71-74.

Burhill, D, DA Enarson, EA Allen y S Grzybowski. 1985. Tuberculosis en enfermeras de la Columbia Británica. Can Med Assoc J 132: 137.

Burke, FJ, MA Wilson y JF McCord. 1995. Alergia a los guantes de látex en la práctica clínica: Informes de casos. Quintaesencia int 26 (12): 859 863-.

Buring, JE, CH Hennekens, SL Mayrent, B Rosner, ER Greenberg y T Colton. 1985. Experiencias en salud del personal de quirófano. Anestesiología 62: 325-330.

Burton, R. 1990. St. Mary's Hospital, Isla de Wight: Un trasfondo adecuado para el cuidado. Brit Med J 301: 1423-1425.

Büssing, A. 1993. Estrés y burnout en enfermería: Estudios en diferentes estructuras de trabajo y horarios de trabajo. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Cabal, C, D Faucon, H Delbart, F Cabal y G Malot. 1986. Construction d'une blanchisserie industrielle aux CHU de Saint-Etienne. Arco Mal Prof 48 (5): 393 394-.

Callan, JR, RT Kelly, ML Quinn, JW Gwynne, RA Moore, FA Muckler, J Kasumovic, WM Saunders, RP Lepage, E Chin, I Schoenfeld y DI Serig. 1995. Evaluación de factores humanos de la braquiterapia de carga diferida remota. NUREG/CR-6125. vol. 1. Washington, DC: Comisión Reguladora Nuclear

Cammock, R. 1981. Edificios de Atención Primaria de Salud: Informe y Guía de Diseño para Arquitectos y sus Clientes. Londres: Prensa arquitectónica.

Cardo, D, P Srivastava, C Ciesielski, R Marcus, P McKibben, D Culver y D Bell. 1995. Estudio de casos y controles de la seroconversión del VIH en trabajadores de la salud después de la exposición percutánea a sangre infectada con el VIH (resumen). Infectar Control Hosp Epidemiol 16 suplementos: 20.

Carillo, T, C Blanco, J Quiralte, R Castillo, M Cuevas, and F Rodríguez de Castro. 1995. Prevalencia de alergia al látex entre trabajadores de invernadero. J Allergy Clin Inmunol 96(5/1):699-701.

Catananti, C y A Cambieri. 1990. Igiene e Tecnica Ospedaliera (Higiene y Organización Hospitalaria). Roma: II Pensiero Scientifico Editore.

Catananti, C, G Damiani, G Capelli y G Manara. 1993. Diseño de edificios y selección de materiales y mobiliario en el hospital: Una revisión de las directrices internacionales. En Indoor Air '93, Actas de la 6ª Conferencia Internacional sobre Clima y Calidad del Aire Interior 2: 641-646.

Catananti, C, G Capelli, G Damiani, M Volpe y GC Vanini. 1994. Evaluación de criterios múltiples en la planificación de selección de materiales para establecimientos de salud. Identificación preliminar de criterios y variables. En Edificios Saludables '94, Actas de la 3ra Conferencia Internacional 1: 103-108.

Cats-Baril, WL y JW Frymoyer. 1991. La economía de los trastornos de la columna. En La columna vertebral adulta, editado por JW Frymoyer. Nueva York: Raven Press.

Centros para el Control de Enfermedades (CDC). 1982. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA): Precauciones para el personal de laboratorio clínico. Representante semanal de Morb Mortal 31: 577-580.

—. 1983. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA): Precauciones para trabajadores de la salud y profesionales afines. Representante semanal de Morb Mortal 32: 450-451.

—. 1987a. Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana en trabajadores de la salud expuestos a sangre de pacientes infectados. Representante semanal de Morb Mortal 36: 285-289.

—. 1987b. Recomendaciones para la prevención de la transmisión del VIH en entornos de atención de la salud. Morb Mortal Semanal Rep 36 suplemento 2:3S-18S.

—. 1988a. Precauciones universales para la prevención de la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana, el virus de la hepatitis B y otros patógenos transmitidos por la sangre en entornos de atención de la salud. Representante semanal de Morb Mortal 37:377-382,387-388.

—. 1988b. Directrices para la prevención de la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis B a los trabajadores de la salud y la seguridad pública. Representante semanal de Morb Mortal 37 suplemento 6:1-37.

—. 1989. Directrices para la prevención de la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis B a los trabajadores de la salud y la seguridad pública. Representante semanal de Morb Mortal 38 suplemento 6.

—. 1990. Declaración del Servicio de Salud Pública sobre el manejo de la exposición ocupacional al virus de la inmunodeficiencia humana, incluidas las consideraciones sobre el uso posterior a la exposición. Representante semanal de Morb Mortal 39 (Nº RR-1).

—. 1991a. Virus de la hepatitis B: una estrategia integral para eliminar la transmisión en los Estados Unidos a través de la vacunación infantil universal: recomendaciones del Comité Asesor de Prácticas de Inmunización (ACIP). Representante semanal de Morb Mortal 40 (Nº RR-13).

—. 1991b. Recomendaciones para prevenir la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis B a pacientes durante procedimientos invasivos propensos a la exposición. Representante semanal de Morb Mortal 40 (Nº RR-8).

—. 1993a. Prácticas recomendadas para el control de infecciones en odontología. Representante semanal de Morb Mortal 42 (Nº RR-8):1-12.

—. 1993b. Bioseguridad en Laboratorios Microbianos y Biomédicos, 3ª edición. DHHS (CDC) Publicación No. 93-8395. Atlanta, GA: CDC.

—. 1994a. Informe de vigilancia del VIH/SIDA. vol. 5(4). Atlanta, GA: CDC.

—. 1994b. Boletín de prevención del VIH/SIDA. vol. 5(4). Atlanta, GA: CDC.

—. 1994c. Virus de la inmunodeficiencia humana en entornos domésticos: Estados Unidos. Representante semanal de Morb Mortal 43: 347-356.

—. 1994d. Informe de vigilancia del VIH/SIDA. vol. 6(1). Atlanta, GA: CDC.

—. 1994e. Directrices para prevenir la transmisión de Mycobacterium tuberculosis en establecimientos de salud. Representante semanal de Morb Mortal 43 (Nº RR-13):5-50.

—. 1995. Estudio de casos y controles de la seroconversión del VIH en trabajadores de la salud después de la exposición percutánea a sangre infectada con el VIH: Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Representante semanal de Morb Mortal 44: 929-933.

—. 1996a. Informe de Vigilancia del VIH/SIDA. Vol. 8 (2). Atlanta, GA: CDC.

—. 1996b. Actualización: Recomendaciones del Servicio de Salud Pública Provisional para la quimioprofilaxis después de la exposición ocupacional al VIH. Representante semanal de Morb Mortal 45: 468-472.

Charney, W (ed.). 1994. Fundamentos de la seguridad hospitalaria moderna. Boca Ratón, FL: Lewis Publishers.

Chou, T, D Weil y P Arnmow. 1986. Prevalencia de anticuerpos contra el sarampión en el personal hospitalario. Infec Contr Hosp Epid 7: 309-311.

Chriske, H y A Rossa. 1991. Hepatitis-C-Infektionsgefährdung des medizinischen Personals. En Arbeitsmedizin im Gesundheitsdienst, Banda 5, editado por F Hofmann y U Stössel. Stuttgart: Gentner Verlag.

Clark, DC, E Salazar-Gruesco, P Grabler, J Fawcett. 1984. Predictores de depresión durante los primeros 6 meses de pasantía. Am J Psychiatry 141: 1095-1098.

Clemens, R, F Hofmann, H Berthold y G Steinert. 1992. Prävalenz von Hepatitis, A, B und C bei Bewohern einer Einrichtung für geistig Behinderte. Sozialpädiatrie 14: 357-364.

Cohen, EN. 1980. Exposición a anestésicos en el lugar de trabajo. Littleton, MA: PSG Publishing Co.

Cohen, EN, JW Bellville y BW Brown, Jr. 1971. Anestesia, embarazo y aborto espontáneo: un estudio de enfermeras y anestesistas de quirófano. Anestesiología 35: 343-347.

—. 1974. Enfermedad ocupacional entre el personal de quirófano: un estudio nacional. Anestesiología 41: 321-340.

—. 1975. Una encuesta sobre los peligros anestésicos para la salud entre los dentistas. Asociación J Am Dent 90: 1291-1296.

Comisión de las Comunidades Europeas. 1990. Recomendación de la Comisión del 21 de febrero de 1990 sobre Protección de las Personas contra la Exposición al Radón en Ambientes Interiores. 90/143/Euratom (traducción al italiano).

Cooper, JB. 1984. Hacia la prevención de percances anestésicos. Clínicas Internacionales de Anestesiología 22: 167-183.

Cooper, JB, RS Newbower y RJ Kitz. 1984. Un análisis de los principales errores y fallas del equipo en el manejo de la anestesia: Consideraciones para la prevención y detección. Anestesiología 60 (1): 34 42-.

Costa, G, R Trinco y G Schallenberg. 1992. Problemas de confort térmico en un quirófano equipado con sistema de flujo de aire laminar En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar M, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Cristofari, MF, M Estryn-Béhar, M Kaminski y E Peigné. 1989. Le travail des femmes à l'hôpital. Informaciones Hospitalarias 22 / 23: 48-62.

Consejo de las Comunidades Europeas. 1988. Directiva de 21 de diciembre de 1988, para Acercar las Leyes de los Países Miembros sobre Productos de Construcción. 89/106/CEE (traducción al italiano).

de Chambost, M. 1994. Alarmes sonnantes, soignantes trébuchantes. Objetos de sonido 26: 63-68.

de Keyser, V y AS Nyssen. 1993. Les erreurs humaines en anesthésies. Le Travail humano 56(2/3):243-266.

Decreto del Presidente del Consejo de Ministros. 1986. Directiva a las Regiones sobre Requisitos para Establecimientos Privados de Salud. 27 de junio.

Dehlin, O, S Berg, GBS Andersson y G Grimby. 1981. Efecto del entrenamiento físico y el asesoramiento ergonómico sobre la percepción psicosocial del trabajo y sobre la valoración subjetiva de la insuficiencia lumbar. Rehabilitación Scan J 13: 1-9.

Delaporte, MF, M Estryn-Béhar, G Brucker, E Peigne y A Pelletier. 1990. Pathologie dermatologique et exercice professionnel en milieu hospitalier. Arco Mal Prof 51 (2): 83 88-.

Denisco, RA, JN Drummond y JS Gravenstein. 1987. El efecto de la fatiga en el desempeño de una tarea de monitoreo anestésico simulado. J Clin Monitor 3: 22-24.

Devienne, A, Léger D, Paillard M, Dômont A. 1995. Troubles du sommeil et de la vigilance chez des généralistes de garde en région parisienne. Arch Mal Prof. 56(5):407-409.

Donovan, R, PA Kurzman y C Rotman. 1993. Mejorando la vida de los trabajadores de atención domiciliaria: una asociación de trabajo social y laboral. trabajo social 38(5):579-585..

Edling, C. 1980. Los gases anestésicos como riesgo laboral. Una revisión. Scand J Trabajo Medio Ambiente Salud 6: 85-93.

Ehrengut, W y T Klett. 1981. Rötelnimmunstatus von Schwesternschülerinnen en Hamberger Krankenhäusern im Jahre 1979. Monatsschrift kinderheilkdunde 129: 464-466.

Elias, J, D Wylie, A Yassi y N Tran. 1993. Eliminación de la exposición de los trabajadores al óxido de etileno de los esterilizadores hospitalarios: una evaluación del costo y la eficacia de un sistema de aislamiento. Aplicación Occup Environ Hyg 8 (8): 687 692-.

Engels, J, TH Senden y K Hertog. 1993. Posturas de trabajo de las enfermeras en residencias de ancianos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Englade J, E Badet y G Becque. 1994. Vigilance et qualité de sommeil des soignants de nuit. Revue de l'infirmière 17: 37-48.

Ernst, E y V Fialka. 1994. Dolor lumbar idiopático: impacto actual, direcciones futuras. Revista Europea de Medicina Física y Rehabilitación 4: 69-72.

Escribà Agüir, V. 1992. Actitudes de las enfermeras hacia el trabajo por turnos y la calidad de vida, Scan J Soc Med 20 (2): 115 118-.

Escribà Agüir V, S Pérez, F Bolumar, and F Lert. 1992. Retentissement des horaires de travail sur le sommeil des infirmiers. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Estryn-Béhar, M. 1990. Les groupes de parole: Une stratégie d'amélioration des Relations avec les malades. El concurso médico 112 (8): 713 717-.

—. 1991. Guía de riesgos profesionales del personal de servicios de soins. París: Ediciones Lamarre.

Estryn-Béhar, M y N Bonnet. 1992. Le travail de nuit à l'hôpital. Quelques constats à mieux prendre en compte. Arco Mal Prof 54 (8): 709 719-.

Estryn-Béhar, M y F Fonchain. 1986. Les problemes du sommeil du personal hospitalier effectuant un travail de nuit en continu. Arco Mal Prof 47(3):167-172;47(4):241.

Estryn-Béhar, M y JP Fouillot. 1990a. Estudio de la carga física del personal soignant, Documents pour le médecin du travail. INRS: 27, 33.

—. 1990b. Estudio de la carga mental y enfoque de la carga psíquica del personal soignante. Analice du travail des infirmières et aides-soignantes dans 10 services de soins. Documents pour le médecin du travail INRS 42: 131-144.

Estryn-Béhar, M y C Hakim-Serfaty. 1990. Organisation de l'espace hospitalier. hospicio tecnológico 542: 55-63.

Estryn-Béhar, M y G Milanini. 1992. Concevoir les espaces de travail en services de soins. Técnica Hospitalaria 557: 23-27.

Estryn-Béhar, M y H Poinsignon. 1989. Travailler à l'hopital. París: Berger Levrault.

Estryn-Béhar, M, C Gadbois y E Vaichere. 1978. Effets du travail de nuit en équipes fixes sur une population féminine. Résultats d'une enquête dans le secteur hospitalier. Arco Mal Prof 39 (9): 531 535-.

Estryn-Béhar, M, C Gadbois, E Peigné, A Masson y V Le Gall. 1989b. Impacto de los turnos de noche en el personal hospitalario masculino y femenino, en Trabajo por turnos: salud y rendimiento, editado por G Costa, G Cesana, K Kogi y A Wedderburn. Actas del Simposio Internacional sobre Trabajo Nocturno y por Turnos. Fráncfort: Peter Lang.

Estryn-Béhar, M, M Kaminski y E Peigné. 1990. Condiciones de trabajo extenuantes y trastornos musculoesqueléticos entre trabajadoras de hospitales. Int Arch Occup Salud Ambiental 62: 47-57.

Estryn-Béhar, M, M Kaminski, M Franc, S Fermand y F Gerstle F. 1978. Grossesse er conditiones de travail en milieu hospitalier. revista franç gynec 73 (10) 625-631.

Estryn-Béhar, M, M Kaminski, E Peigné, N Bonnet, E Vaichère, C Gozlan, S Azoulay y M Giorgi. 1990. Estrés en el trabajo y estado de salud mental. Br. J. Ind. Med. 47: 20-28.

Estryn-Béhar, M, B Kapitaniak, MC Paoli, E Peigné y A Masson. 1992. Aptitud para el ejercicio físico en una población de trabajadoras hospitalarias. Int Arch Occup Salud Ambiental 64: 131-139.

Estryn Béhar, M, G Milanini, T Bitot, M Baudet y MC Rostaing. 1994. La sectorisation des soins: Une organization, un espace. Gestión hospitalaria 338: 552-569.

Estryn-Béhar, M, G Milanini, MM Cantel, P Poirier, P Abriou y el grupo de estudio de la UCI. 1995a. Interés de la metodología ergonómica participativa para mejorar una unidad de cuidados intensivos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, segunda edición, editada por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

—. 1995b. Metodología ergonómica participativa para el nuevo equipamiento de una unidad de cuidados intensivos cardiológicos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, segunda edición, editada por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Estryn-Béhar, M, E Peigné, A Masson, C Girier-Desportes, JJ Guay, D Saurel, JC Pichenot, and J Cavaré. 1989a. Les femmes travaillant à l'hôpital aux différents horarioires, qui sont-elles? Que décrivent-elles comme conditiones de travail? Que souhaitent-elles? Arco Mal Prof 50 (6): 622 628-.

Falk, SA y NF Woods. 1973. Niveles de ruido en hospitales y peligros potenciales para la salud. Nueva Inglaterra J Med 289: 774-781.

Fanger, PO. 1973. Evaluación del confort térmico del hombre en la práctica. Br. J. Ind. Med. 30: 313-324.

—. 1992. Caracterización sensorial de la calidad del aire y fuentes de contaminación. En Aspectos químicos, microbiológicos, de salud y confort de la calidad del aire interior: estado del arte en SBS, editado por H Knoppel y P Wolkoff. Dordrecht, NL: Kluwer Academic Publishers.

Favrot-Laurens. 1992. Tecnologías avanzadas y organización del trabajo de los equipos hospitalarios. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

—. 1992. Caracterización sensorial de la calidad del aire y fuentes de contaminación. En Aspectos químicos, microbiológicos, de salud y confort de la calidad del aire interior: estado del arte en el síndrome del edificio enfermo, editado por H Koppel y P Wolkoff. Bruselas y Luxemburgo: CEE.

Ferstandig, LL. 1978. Concentraciones traza de gases anestésicos: una revisión crítica de su potencial de enfermedad. Analg 57: 328-345.

Finley, GA y AJ Cohen. 1991. Urgencia percibida y el anestesista: Respuestas a las alarmas comunes del monitor de quirófano. Can J Anaesth 38 (8): 958 964-

Ford, CV y ​​DK Wentz. 1984. El año de pasantía: un estudio del sueño, estados de ánimo y parámetros psicofisiológicos. South Med J 77: 1435-1442.

Friedman, RC, DS Kornfeld y TJ Bigger. 1971. Problemas psicológicos asociados con la privación del sueño en internos. Revista de educación médica 48: 436-441.

Friele, RD y JJ Knibbe. 1993. Seguimiento de las barreras con el uso de elevadores de pacientes en la atención domiciliaria según la percepción del personal de enfermería. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg Lech: Ecomed Verlag.

Gadbois, CH. 1981. Aides-soignantes et infirmières de nuit. En Condiciones de travail et vie quotidienne. Montrougs: Agencia Nacional para la Mejora de las Condiciones de Trabajo.

Gadbois, C, P Bourgeois, MM Goeh-Akue-Gad, J Guillaume y MA Urbain. 1992. Contraintes temporelles et structure de l'espace dans le processus de travail des équipes de soins. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Juegos, WP y W Tatton-Braen. 1987. Diseño y Desarrollo de Hospitales. Londres: Prensa arquitectónica.

Gardner, Urgencias y RC Hall. 1981. El síndrome de estrés profesional. Psicosomática 22: 672-680.

Gaube, J, H Feucht, R Laufs, D Polywka, E Fingscheidt y HE Müller. 1993. Hepatitis A, B und C als desmoterische Infecktionen. Gessundheitwesen y Desinfección 55: 246-249.

Gerberding, JL. Dakota del Norte Ensayo abierto de quimioprofilaxis posterior a la exposición a zidovudina en trabajadores de la salud con exposiciones ocupacionales al virus de la inmunodeficiencia humana. Guión SFGH.

—. 1995. Manejo de exposiciones ocupacionales a virus transmitidos por la sangre. Nueva Engl J Med 332: 444-451.

Ginesta, J. 1989. Gases anestésicos. En Riesgos del Trabajo del Personal Sanitario, editado por JJ Gestal. Madrid: Editorial Interamericana McGraw-Hill.

Gold, DR, S Rogacz, N Bock, TD Tosteson, TM Baum, FE Speizer y CA Czeiler. 1992. Turnos rotativos, sueño y accidentes relacionados con la somnolencia en enfermeras hospitalarias. Am J Public Health 82 (7): 1011 1014-.

Goldman, LI, MT McDonough y GP Rosemond. 1972. Estrés que afectan el rendimiento quirúrgico y el aprendizaje: correlación de frecuencia cardíaca, electrocardiograma y operación registrada simultáneamente en cintas de video. Res. quirúrgica J 12: 83-86.

Graham, C, C Hawkins y W Blau. 1983. Práctica innovadora del trabajo social en el cuidado de la salud: manejo del estrés. En Trabajo social en un mundo turbulento, editado por M Dinerman. Washington, DC: Asociación Nacional de Trabajadores Sociales.

Green, A. 1992. Cómo las enfermeras pueden garantizar que los sonidos que escuchan los pacientes tengan un efecto positivo en lugar de negativo sobre la recuperación y la calidad de vida. Revista de enfermería de cuidados intensivos y críticos 8 (4): 245 248-.

Griffin, Virginia Occidental. 1995. Trabajador social y agencia de seguridad. En Enciclopedia de Trabajo Social, 19ª edición. Washington, DC: Asociación Nacional de Trabajadores Sociales.

Grob, PJ. 1987. Grupo de transmisión de hepatitis B por un médico. un artículo del XNUMX de Lancet, 339: 1218-1220.

Guardino, X y MG Rosell. 1985. Exposición laboral a gases anestésicos. En Notas Técnicas de Prevención. Núm. 141. Barcelona: INSHT.

—. 1992. Exposición en el trabajo a gases anestésicos. ¿Un riesgo controlado? Janus 12: 8-10.

—. 1995. Monitoreo de exposición a gases anestésicos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagburg, F Hoffmann, U Stössel y G Westlander. Solna: Instituto Nacional de Salud Ocupacional.

Hagberg, M, F Hofmann, U Stössel y G Westlander (eds.). 1993. Salud Ocupacional para Trabajadores de la Salud. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Hagberg, M, F Hofmann, U Stössel y G Westlander (eds.). 1995. Salud ocupacional para trabajadores de la salud. Singapur: Comisión Internacional de Salud Ocupacional.

Haigh, R. 1992. La aplicación de la ergonomía al diseño del lugar de trabajo en los edificios sanitarios del Reino Unido. Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Halm, MA y MA Alpen, 1993. El impacto de la tecnología en el paciente y sus familias. Clínicas de Enfermería de América del Norte 28 (2): 443 457-.

Harber, P, L Peña y P Hsu. 1994. Historia personal, formación y lugar de trabajo como predictores de dolor de espalda de enfermeras. Soy J Ind Med 25: 519-526.

Hasselhorn, HM. 1994. Antiretrovirale prophylaxe nach kontakt mit HIV-jontaminierten. En Flüssigkeiten en Infektiologie, editado por F. Hofmann. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Hasselhorn, HM y E Seidler.1993. Atención terminal en Suecia: nuevos aspectos de la atención profesional de la muerte. En Salud ocupacional para el cuidado de la salud Workers, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel U y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Heptonstall, J, K Porter y N Gill. 1993. Transmisión ocupacional del VIH: resumen de los informes publicados. Londres: Centro de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles Centro de SIDA.

Hesse, A, Lacher A, HU Koch, J Kublosch, V Ghane y KF Peters. 1996. Actualización en el tema de la alergia al látex. Hauzarzt 47 (11): 817 824-.

Ho, DD, T Moudgil y M Alam. 1989. Cuantificación del virus de inmunodeficiencia humana tipo 1 en la sangre de personas infectadas. Nueva Engl J Med 321: 1621-1625.

Hodge, B y JF Thompson. 1990. Contaminación acústica en el quirófano. un artículo del XNUMX de Lancet, 335: 891-894.

Hofmann, F y H Berthold. 1989. Zur Hepatitis-B-Gefährdung des Krankenhauspersonals-Möglichkeiten der prae-und postexpositionellen Prophylaxe. Mundo médico 40: 1294-1301.

Hofmann, F y U Stössel. 1995. Salud ambiental en las profesiones del cuidado de la salud: peligros para la salud biológicos, físicos, psíquicos y sociales. Reseñas sobre Salud Ambiental 11: 41-55.

Hofmann, F, H Berthold y G Wehrle. 1992. Inmunidad a la hepatitis A en personal hospitalario. Eur J Clin microbiol Infect Dis 11 (12): 1195.

Hofmann, F, U Stössel y J Klima. 1994. Lumbalgia en enfermeras (I). Revista Europea de Rehabilitación Física y Médica 4: 94-99.

Hofmann, F, B Sydow y M Michaelis. 1994a. Paperas—berufliche Gefährdung und Aspekte der epidemiologischen Entwicklung. Gessundheitwesen y Desinfección 56: 453-455.

—. 1994b. Zur epidemiologischen Bedeutung der Varizellen. Gessundheitwesen y Desinfección 56: 599-601.

Hofmann, F, G Wehrle, K Berthold y D Köster. 1992. La hepatitis A como riesgo laboral. Vacune 10 suplemento 1:82-84.

Hofmann, F, U Stössel, M Michaelis y A Siegel. 1993. Tuberculosis: ¿riesgo laboral para los trabajadores de la salud? En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Hofmann, F, M Michaelis, A Siegel y U Stössel. 1994. Wirbelsäulenerkrankungen im Pflegeberuf. Medizinische Grundlagen und Prävention. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Hofmann, F, M Michaelis, M Nübling y FW Tiller. 1995. Hepatitis europea: estudio A. Publicación en Vorereitung.

Hofmann, H y C Kunz. 1990. Bajo riesgo de los trabajadores de la salud de infección por el virus de la hepatitis C. Infección 18: 286-288.

Holbrook, TL, K Grazier, JL Kelsey y RN Stauffer. 1984. La frecuencia de ocurrencia, impacto y costo de condiciones musculoesqueléticas seleccionadas en los Estados Unidos. Park Ridge, Il: Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos.

Hollinger, FB. 1990. Virus de la hepatitis B. En Virología, editado por BN Fiedles y DM Knipe. Nueva York: Raven Press.

Hopps, J y P Collins. 1995. Visión general de la profesión de trabajo social. En Enciclopedia de Trabajo Social, 19ª edición. Washington, DC: Asociación Nacional de Trabajadores Sociales.

Hubacova, L, I Borsky y F Strelka. 1992. Problemas de fisiología del trabajo de enfermeras que trabajan en departamentos de hospitalización. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Hunt, LW, AF Fransway, CE Reed, LK Miller, RT Jones, MC Swanson y JW Yunginger. 1995. Una epidemia de alergia ocupacional al látex que involucra a los trabajadores de la salud. J Ocupar Medio Ambiente 37 (10): 1204 1209-.

Jacobson, SF y HK Mac Grath. 1983. Enfermeras bajo estrés. Nueva York: John Wiley & Sons.

Jacques, CHM, MS Lynch y JS Samkoff. 1990. Los efectos de la pérdida de sueño en el rendimiento cognitivo de los médicos residentes. J Fam Pract 30: 223-229.

Jagger, J, EH Hunt, J Brand-Elnagger y RD Pearson. 1988. Tasas de lesiones por pinchazo de aguja causadas por varios dispositivos en un hospital universitario. Nueva Engl J Med 319: 284-288.

Johnson, JA, RM Buchan y JS Reif. 1987. Efecto de la exposición a gases y vapores anestésicos residuales sobre el resultado reproductivo en personal veterinario. Am Ind Hyg Assoc J 48 (1): 62 66-.

Jonasson, G, JO Holm y J Leegard. Alergia al caucho: ¿un problema de salud creciente? Tuidsskr Nor Laegeforen 113 (11): 1366 1367-.

Kandolin, I. 1993. Agotamiento de enfermeras y enfermeros en el trabajo por turnos. Ergonomía 36(1/3):141-147.

Kaplan, RM y RA Deyo. 1988. Dolor de espalda en trabajadores de la salud. En Dolor de espalda en trabajadores, editado por RA Deyo. Filadelfia, Pensilvania: Hanley & Belfus.

Katz, R. 1983. Causas de muerte entre enfermeras. Ocupar Med 45: 760-762.

Kempe, P, M Sauter y I Lindner. 1992. Características especiales de las enfermeras de ancianos que hicieron uso de un programa de formación dirigido a reducir los síntomas de burn-out y primeros resultados sobre el resultado del tratamiento. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Kerr, JH. 1985. Dispositivos de advertencia. Br J Anaesth 57: 696-708.

Kestin, IG, RB Miller y CJ Lockhart. 1988. Alarmas auditivas durante la monitorización anestésica. Anestesiología 69 (1): 106 109-.

Kinloch-de-los, S, BJ Hirschel, B Hoen, DA Cooper, B Tindall, A Carr, H Sauret, N Clumeck, A Lazzarin y E Mathiesen. 1995. Un ensayo controlado de zidovudina en la infección primaria por el virus de la inmunodeficiencia humana. New Engl J Med 333: 408-413.

Kivimäki, M y K Lindström. 1995. El papel crucial de la enfermera jefe en una sala de hospital. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Klaber Moffet, JA, SM Chase, I Portek y JR Ennis. 1986. Un estudio controlado para evaluar la efectividad de la escuela del dolor de espalda en el alivio del dolor lumbar crónico. Espina 11: 120-122.

Kleczkowski, BM, C Montoya-Aguilar y NO Nilsson. 1985. Enfoques para la planificación y el diseño de instalaciones de atención médica en áreas en desarrollo. vol. 5. Ginebra: OMS.

Klein, BR y AJ Platt. 1989. Planificación y Construcción de Establecimientos de Salud. Nueva York: Van Nostrand Reinhold.

Kelin, R, K Freemann, P Taylor, C Stevens. 1991. Riesgo ocupacional de infección por el virus de la hepatitis C entre los dentistas de la ciudad de Nueva York. un artículo del XNUMX de Lancet, 338: 1539-1542.

Kraus, H. 1970. Tratamiento clínico del dolor de espalda y cuello. Nueva York: McGraw-Hill.

Kujala, VM y KE Reilula. 1995. Síntomas dérmicos y respiratorios inducidos por guantes entre trabajadores de la salud en un hospital finlandés. Soy J Ind Med 28 (1): 89 98-.

Kurumatani, N, S Koda, S Nakagiri, K Sakai, Y Saito, H Aoyama, M Dejima y T Moriyama. 1994. Los efectos de la rotación frecuente del trabajo por turnos en el sueño y la vida familiar de las enfermeras de hospitales. Ergonomía 37: 995-1007.

Lagerlöf, E y E Broberg. 1989. Lesiones y enfermedades profesionales. En Riesgos Laborales en las Profesiones de la Salud, editado por DK Brune y C Edling. Boca Ratón, FL: CRC Press.

Lahaye, D, P Jacques, G Moens y B Viaene. 1993. El registro de datos médicos obtenidos por exámenes médicos preventivos en trabajadores de la salud. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, F, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Lampher, BP, CC Linneman, CG Cannon, MM DeRonde, L Pendy y LM Kerley. 1994. Infección por el virus de la hepatitis C en trabajadores de la salud: riesgo de exposición e infección. Infectar Control Hosp Epidemiol 15: 745-750.

Landau, C, S Hall, SA Wartman y MB Macko. 1986. Estrés en las relaciones sociales y familiares durante la residencia médica. Revista de educación médica 61: 654-660.

Landau, K. 1992. La tensión psicofísica y el fenómeno del agotamiento entre los profesionales de la salud. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Landewe, MBM y HT Schröer. 1993. Desarrollo de un nuevo programa integrado de capacitación en transferencia de pacientes: prevención primaria del dolor lumbar. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Lange, M. 1931. Die Muskelhärten (Miogelosen). Múnich: JF Lehman Verlag.

Lange, W y KN Masihi. 1986. Durchseuchung mit Hepatitis-A- und B-Virus bei medizinischem Personal. Bundesgesundheitsol 29, 183-87.

Lee, KA. 1992. Trastornos del sueño autoinformados en mujeres empleadas. Calidad de Sueño15 (6): 493 498-.

Lempereur, JJ. 1992. Prévention des dorso-lombalgies. Influence du vêtement de travail sur le comportement gestuel. Especificaciones ergonómicas. Cah Kinésither 156,:4.

Leppanen, RA y MA Olkinuora. 1987. Estrés psicológico experimentado por el personal sanitario. Scand J Trabajo Medio Ambiente Salud 13: 1-8.

Lert, F, MJ Marne y A Gueguen. 1993. Evolution des conditions de travail des infirmières des hôpitaux publics de 1980 a 1990. Revue de l'Epidémiologie et de santé publique 41: 16-29.

Leslie, PJ, JA Williams, C McKenna, G Smith y RC Heading. 1990. Horas, volumen y tipo de trabajo de los funcionarios de la casa de preinscripción. Brit Med J 300: 1038-1041.

Lettau, LA, HJ Alfred, RH Glew, HA Fields, MJ Alter, R Meyer, SC Hadler y JE Maynard. 1986. Transmisión nosocomial de la hepatitis delta. Ann Intern Med 104: 631-635.

Levin, H. 1992. Edificios saludables: ¿dónde estamos, adónde vamos? En Aspectos Químicos, Microbiológicos, de Salud y Confort de la Calidad del Aire Interior: Estado del Arte en el Síndrome del Edificio Enfermo, editado por H Knoppel y P Wolkoff. Bruselas y Luxemburgo: CEE.

Lewittes, LR y VW Marshall. 1989. Fatiga e inquietudes sobre la calidad de la atención entre los internos y residentes de Ontario. Can Med Assoc J 140: 21-24.

Lewy, R. 1990. Empleados en Riesgo: Protección y Salud de los Trabajadores de la Salud. Nueva York: Van Nostrand Reinhold.

Lindström, A y M Zachrisson. 1973. Ryggbesvär och arbetssoförmaga Ryyggskolan. Ett Försok hasta mer rationeli fysikalist terapi. Socialmet T 7: 419-422.

Lippert. 1971. Viajes en unidades de enfermería. Factores humanos 13 (3): 269 282-.

Ljungberg, AS, A Kilbom y MH Goran. 1989. Levantamiento ocupacional por auxiliares de enfermería y trabajadores de almacén. Ergonomía 32: 59-78.

Llewelyn-Davies, R y J Wecks. 1979. Áreas de hospitalización. En Enfoques para la planificación y el diseño de establecimientos de atención médica en áreas en desarrollo, editado por BM Kleczkowski y R Piboleau. Ginebra: OMS.

Loeb, RG, BR Jones, KH Behrman y RJ Leonard. 1990. Los anestesistas no pueden identificar alarmas audibles. Anestesiología 73(3A):538.

Lotas, MJ. 1992. Efectos de la luz y el sonido en el ambiente de la unidad de cuidados intensivos neonatales en el bebé con bajo peso al nacer. Cuestiones clínicas de NAACOGS en enfermería de salud perinatal y de la mujer 3 (1): 34 44-.

Lurie, HE, B Rank, C Parenti, T Wooley y W Snoke. 1989. ¿Cómo pasan las noches los oficiales de la casa? Un estudio de tiempo del personal de la casa de medicina interna de guardia. Nueva Engl J Med 320: 1673-1677.

Luttman, A, M Jäger, J Sökeland y W Laurig. 1996. Estudio electromiográfico sobre cirujanos en urología II. Determinación de la fatiga muscular. Ergonomía 39 (2): 298 313-.

Makino, S. 1995. Problemas de salud en trabajadores de la salud en Japón. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsbeg/Lech: Ecomed Verlag.

Malchaire, JB. 1992. Análisis de la carga de trabajo de las enfermeras. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Manuaba, A. 1992. El enfoque sociocultural es imprescindible en el diseño de hospitales en países en desarrollo, Indonesia como estudio de caso. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Maruna, H. 1990. Zur Hepatitis-B-Durchseuchung in den Berufen des Gesundheits und Fürsorgewesens der Republik Österreichs, Arbeitsmed. Präventivmed. socialmed 25: 71-75.

Matsuda, A. 1992. Enfoque ergonómico de la atención de enfermería en Japón. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

McCall, T. 1988. El impacto de las largas horas de trabajo en los médicos residentes. Nueva Engl J Med 318 (12): 775 778-.

McCloy, E. 1994. Hepatitis y la Directiva EEC. Presentado en la 2ª Conferencia Internacional sobre Salud Ocupacional para Trabajadores de la Salud, Estocolmo.

McCormick, RD, MG Meuch, IG Irunk y DG Maki. 1991. Epidemiología de las lesiones agudas en hospitales: un estudio prospectivo de 14 años en la era anterior al SIDA y el SIDA. Am J Med 3B:3015-3075.

McCue, JD. 1982. Los efectos del estrés en los médicos y su práctica médica. Nueva Engl J Med 306: 458-463.

McIntyre, JWR. 1985. Ergonomía: uso de alarmas auditivas en el quirófano por parte de los anestesistas. Int J Clin Monitor Cómputo 2:47-55

McKinney, PW, MM Horowitz y RJ Baxtiola. 1989. Susceptibility of hospital-based health care personal a la infección por el virus varicela zoster. Control de infecciones Am J 18: 26-30.

Melleby, A. 1988. Programa de ejercicios para una espalda sana. En Diagnóstico y tratamiento del dolor muscular. Chicago, IL: Libros de quintaesencia.

Meyer, TJ, SE Eveloff, MS Bauer, WA Schwartz, NS Hill y PR Millman. 1994. Condiciones ambientales adversas en la unidad de cuidados intensivos médicos y respiratorios. Pecho 105: 1211-1216.

Miller, E, J Vurdien y P Farrington. 1993. Cambio de edad en la varicela. un artículo del XNUMX de Lancet, 1: 341.

Miller, JM. 1982. William Stewart Halsted y el uso del guante quirúrgico de goma. La cirugía 92: 541-543.

Mitsui, T, K Iwano, K Maskuko, C Yanazaki, H Okamoto, F Tsuda, T Tanaka y S Mishiros. 1992. Infección por el virus de la hepatitis C en personal médico después de accidentes con agujas. Hepatología 16: 1109-1114.

Modig, B. 1992. Ergonomía hospitalaria en una perspectiva biopsicosocial. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Momtahan, K, R Hétu y B Tansley. 1993. Audibilidad e identificación de alarmas auditivas en quirófano y unidad de cuidados intensivos. Ergonomía 36 (10): 1159 1176-.

Momtahan, KL y BW Tansley. 1989. Un análisis ergonómico de las señales de alarma auditiva en el quirófano y la sala de recuperación. Presentado en la Reunión Anual de la Asociación Acústica Canadiense, 18 de octubre, Halifax, NS.

Montoliu, MA, V Gonzalez, B Rodriguez, JF Quintana, and L Palenciano.1992. Condiciones de trabajo en la blanchisserie centrale des grands hôpitaux de Madrid. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Moore, RM, YM Davis y RG Kaczmarek. 1993. Una visión general de los riesgos laborales entre los veterinarios, con especial referencia a las mujeres embarazadas. Asociación Am J Ind Hyg 54 (3): 113 120-.

Morel, O. 1994. Los agentes de los servicios hospitalarios. Vécu et santé au travail. arch mal prof 54 (7): 499 508-.

Nachemson, AL y GBJ Anderson. 1982. Clasificación del dolor lumbar. Scand J Trabajo Medio Ambiente Salud 8: 134-136.

Servicio Nacional de Salud (NHS). 1991a. Guía de diseño. El diseño de hospitales comunitarios. Londres: Oficina de Papelería de Su Majestad.

—. 1991b. Edificio de Salud Nota 46: Local de Práctica Médica General para la Prestación del Servicio de Atención Primaria de Salud. Londres: Oficina de Papelería de Su Majestad.

Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH). 1975. Desarrollo y Evaluación de Métodos para la Eliminación de Gases y Vapores Anestésicos Residuales en Hospitales. DHEW (NIOSH) Publicación No. 75-137. Cincinnati, OH: NIOSH.

—. 1997a. Control de Exposición Ocupacional a N2O en el Operario Dentral. DHEW (NIOSH) Publicación No. 77-171. Cincinnati, OH: NIOSH.

—. 1977b. Criterios para un estándar recomendado: exposición ocupacional a gases y vapores anestésicos residuales. DHEW (NIOSH) Publicación No. 77-1409. Cincinnati, OH: NIOSH.

—. 1988. Pautas para proteger la seguridad y la salud de los trabajadores de la salud. Publicación n.º 88-119 del DHHS (NIOSH). Cincinnati, OH: NIOSH.

—. 1994. Alerta de NIOSH: Solicitud de asistencia para controlar la exposición al óxido nitroso durante la administración de anestésicos. Publicación n.º 94-100 del DHHS (NIOSH). Cincinnati, OH: NIOSH.

Niu, MT, DS Stein y SM Schnittmann. 1993. Infección primaria por el virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1: revisión de la patogenia y las intervenciones de tratamiento temprano en infecciones por retrovirus humanos y animales. J Infect Dis 168: 1490-1501.

Noweir, MH y MS al-Jiffry. 1991. Estudio de la contaminación acústica en los hospitales de Jeddah. Revista de la Asociación Egipcia de Salud Pública 66 (3/4):291-303.

Nyman, yo y A Knutsson. 1995. Bienestar psicosocial y calidad del sueño en trabajadores hospitalarios diurnos y nocturnos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Objetivo Prevención No especial. 1994. Le lève personne sur rail au plafond: Outil de travail indispensable. Objetivo Prevención 17 (2): 13 39-.

O'Carroll, TM. 1986. Encuesta de alarmas en una unidad de terapia intensiva. Anestesia 41: 742-744.

Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA). 1991. Exposición ocupacional a patógenos transmitidos por la sangre: Regla final. 29 CFR Parte 1910.1030. Washington, DC: OSHA.

Oeler, JM. 1993. Cuidado del desarrollo de bebés con bajo peso al nacer. Clínicas de Enfermería de América del Norte 28 (2): 289 301-.

Öhling, P y B Estlund. 1995. Técnica de trabajo para trabajadores de la salud. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander G. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Ollagnier, E y Lamarche MJ. 1993. Una intervención ergonómica en un hospital suizo: Impacto en la salud de la organización del personal y de los pacientes. En Ergonomía y salud, editado por D Ramaciotti y A Bousquet. Actas del XXVIIIe congreso de la SELF. Ginebra: SELF.

Ott, C, M Estryn-Béhar, C Blanpain, A Astier y G Hazebroucq. 1991. Conditionnement du médicament et erreurs de médication. J Pharm Clin 10: 61-66.

Patkin, M. 1992. Arquitectura hospitalaria: una debacle ergonómica. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Pagador, L. 1988. Medicina y cultura: la variedad de tratamientos en los Estados Unidos, Inglaterra, Alemania Occidental y Francia. Nueva York: H. Holt.

Payne, R y J Firth-Cozens (eds.). 1987. Estrés en las profesiones de la salud. Nueva York: John Wiley & Sons.

—. 1995. Determinación de óxido de dinitrógeno (N2O) en orina como control a la exposición anestésica. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hoffmann, U Stössel y G Westlander. Solna: Instituto Nacional de Salud Ocupacional.

Pelikan, JM. 1993. Mejora de la salud ocupacional para los trabajadores de la salud dentro del hospital promotor de la salud: Experiencias del proyecto modelo de la OMS de Viena "salud y hospital". En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Pérez, L, R De Andrés, K. Fitch, and R Najera. 1994. Seroconversiones a VIH tras Sanitarios en Europa. Presentado en la 2ª Reunión Nacional sobre el SIDA Cáceres.

Philip, RN, KRT Reinhard y DB Lackman. 1959. Observaciones sobre una epidemia de paperas en una población “virgen”. soy j hyg 69: 91-111.

Pottier, M. 1992. Ergonomie à l'hôpital-ergonomía hospitalaria. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Poulton, EC, GM Hunt, A Carpenter y RS Edwards. 1978. El desempeño de los médicos de hospital junior después de la reducción del sueño y largas horas de trabajo. Ergonomía 21: 279-295.

Pöyhönen, T y M Jokinen. 1980. SEl estrés y otros problemas de salud ocupacional que afectan a las enfermeras hospitalarias. Vantaa, Finlandia: Tutkimuksia.

Raffray, M. 1994. Estudio de la carga física de la AS por medida de la frecuencia cardíaca. Objetos de sonido 26: 55-58.

Ramaciotti, D, S Blaire, A Bousquet, E Conne, V Gonik, E Ollagnier, C Zummermann y L Zoganas. 1990. Processus de régulation des contraintes économiques fisiologiques et sociales pour différents groupes de travail en horaires irréguliers et de nuit. El trabajo humano 53 (3): 193 212-.

Rubén, DB. 1985. Síntomas depresivos en médicos internos: Efectos del nivel de formación y rotación laboral. Arch Intern Med 145: 286-288.

Reznick, RK y JR Folse. 1987. Efecto de la privación del sueño en el desempeño de los residentes de cirugía. Am J Surg 154: 520-52.

Rhoads, JM.1977. Trabajo excesivo. JAMA 237: 2615-2618.

Rodary, C y A Gauvain-Piquard 1993. Stress et épuisement professionnel. Objetos de sonido 16: 26-34.

Roquelaure, Y, A Pottier y M Pottier. 1992. Aproximación ergonómica comparativa de dos enregistreurs electroencéphalographiques. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Rosell, MG, P Luna y X Guardino. 1989. Evaluación y Control de Contaminantes Químicos en Hospitales. Documento Técnico nº 57. Barcelona: INSHT.

Rubin, R, P Orris, SL Lau, DO Hryhorczuk, S Furner y R Letz. 1991. Efectos neuroconductuales de la experiencia de guardia en médicos de planta. J Ocupar Med 33: 13-18.

Saint-Arnaud, L, S Gingras, R Boulard., M Vezina y H Lee-Gosselin. 1992. Les symptomes psychologiques en milieu hospitalier. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Samkoff, JS, CHM Jacques. 1991. Una revisión de estudios sobre los efectos de la privación del sueño y la fatiga en el desempeño de los residentes. Academia Med 66: 687-693.

Sartori, M, G La Terra, M Aglietta, A Manzin, C Navino, and G Verzetti. 1993. Transmisión de la hepatitis C a través de salpicaduras de sangre en la conjuntiva. Scan J Infect Dis 25: 270-271.

Saurel, D. 1993. CHSCT Central, Enquete “Raquialgias” Résultats. París: Assistance Publique-Höpitaux de Paris, Dirección del personal y de las relaciones sociales.

Saurel-Cubizolles, MJ, M Hay y M Estryn-Béhar. 1994. Trabajo en quirófanos y resultado del embarazo entre enfermeras. Int Arch Occup Salud Ambiental 66: 235-241.

Saurel-Cubizolles, MJ, MKaminski, J Llhado-Arkhipoff, C Du Mazaubrum, M Estryn-Behar, C Berthier, M Mouchet y C Kelfa. 1985. Embarazo y su resultado en personal hospitalario según ocupación y condición de trabajo. Revista de Epidemiología y Salud Comunitaria 39: 129-134.

Schröer, CAP, L De Witte y H Philipsen. 1993. Efectos del trabajo por turnos en la calidad del sueño, problemas de salud y consumo médico de enfermeras. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Senevirane, SR, De A y DN Fernando. 1994. Influencia del trabajo en el resultado del embarazo. Int J Gynecol Obstet VOLUMEN: 35-40.

Shapiro, ET, H Pinsker y JH Shale. 1975. El médico mentalmente enfermo como practicante. JAMA 232 (7): 725 727-.

Shapiro, RA y T Berland. 1972. Ruido en el quirófano. Nueva Engl J Med 287 (24): 1236 1238-.

Shindo, E. 1992. La condición actual de la ergonomía de enfermería en Japón. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Siegel, A, M Michaelis, F Hofmann, U Stössel y W Peinecke. 1993. Uso y aceptación de aparatos de elevación en hospitales y geriátricos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Smith, MJ, MJ Colligan, IJ Frocki y DL Tasto. 1979. Tasas de lesiones ocupacionales entre enfermeras en función del horario de turnos. Revista de investigación de seguridad 11 (4): 181 187-.

Smith-Coggins, R, MR Rosekind, S Hurd y KR Buccino. 1994. Relación entre el sueño diurno y el nocturno con el desempeño y el estado de ánimo del médico. Ann Emerg Med 24: 928-934.

Snook, SH. 1988a. Aproximaciones al control del dolor de espalda en la industria. En Dolor de espalda en trabajadores, editado por RA Deyo. Filadelfia: Hanley & Belfus.

—. 1988b. Los costos del dolor de espalda en la industria. En Dolor de espalda en trabajadores, editado por RA Deyo. Filadelfia: Hanley & Belfus.

Sur, MA, JL Sever y L Teratogen. 1985. Actualización: El síndrome de rubéola congénita. Teratología 31: 297-392.

Spencer, AA. 1987. Contaminación ambiental por anestésicos inhalatorios. Br J Anaesth 59: 96-103.

Stellman, JM. 1976. Trabajo de la Mujer, Salud de la Mujer: Mitos y Realidades. Nueva York: Panteón.

Steppacher, RC y JS Mausner. 1974. Suicidio en médicos hombres y mujeres. JAMA 228 (3): 323 328-.

Sterling, DA. 1994. Visión general de la salud y la seguridad en el entorno de atención de la salud. En Fundamentos de la seguridad hospitalaria moderna, editado por W Charney. Boca Ratón, FL: Lewis Publishers.

Stoklov, M, P Trouiller, P Stieglitz, Y Lamalle, F Vincent, A Perdrix, C Marka, R de Gaudemaris, JM Mallion y J Faure. 1983. L'exposition aux gaz anethésiques: Risques et prévention. Sem Hos 58(29/39):2081-2087.

Storer, JS, HH Floyd, WL Gill, CW Giusti y H Ginsberg. 1989. Efectos de la privación del sueño en la capacidad y habilidades cognitivas de los residentes de pediatría. Academia Med 64: 29-32.

Stubbs, DA, PW Buckle y PM Hudson. 1983. Dolor de espalda en la profesión de enfermería; I Epidemiología y metodología piloto. Ergonomía 26: 755-765.

Sundström-Frisk C y M Hellström.1995. El riesgo de cometer errores en el tratamiento, un estresor laboral. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Swann-D'Emilia, B, JCH Chu y J Daywalt. 1990. Mala administración de la dosis de radiación prescrita. Dosimetría Médica 15: 185-191.

Sydow, B y F Hofmann. 1994. Resultados no publicados.

Tannenbaum, TN y RJ Goldberg. 1985. Exposición a gases anestésicos y resultado reproductivo: una revisión de la literatura epidemiológica. J Ocupar Med 27: 659-671.

Teyssier-Cotte, C, M Rocher y P Mereau. 1987. Les lits dans les établissements de soins. Documents pour le médecin du travail. INRS 29: 27-34.

Theorell, T. 1989. El ambiente de trabajo psicosocial. En Riesgos Laborales en las Profesiones de la Salud, editado por DK Brune y C Edling. Boca Ratón, FL: CRC Press.

Theorell T. 1993. Sobre el ambiente psicosocial en el cuidado. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Tintori, R y M Estryn-Béhar. 1994. Comunicación: Où, quand, comment? Criterios ergonómicos para mejorar la comunicación en los servicios de sonido. Gestiones Hospitalarias 338: 553-561.

Tintori, R, M Estryn-Behar, J De Fremont, T Besse, P Jacquenot, A Le Vot y B Kapitaniak. 1994. Evaluación des lits à hauteur variable. Une démarche de recherche en soins infirmiers. Gestiones Hospitalarias 332: 31-37.

Tokars, JI, R Marcus, DH Culver, CA Schable, PS McKibben, CL Bandea y DM Bell. 1993. Vigilancia de la infección por VIH y el uso de zidovudina entre los trabajadores de la salud después de la exposición ocupacional a sangre infectada con VIH. Ann Intern Med 118: 913-919.

Toomingas, A. 1993. La situación sanitaria entre los trabajadores sanitarios suecos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Topf, M. 1992. Efectos del control personal sobre el ruido del hospital en el sueño. Investigación en enfermería y salud 15 (1): 19 28-.

Tornquist, A y P Ullmark. 1992. Espacio Corporativo y Arquitectura, Actores y Procedimientos. París: Ministère de l'équipement du logement et des transports.

Townsend, M. 1994. ¿Solo un guante? Enfermeras de teatro Br J 4 (5): 7,9 10-.

Tran, N, J Elias, T Rosenber, D Wylie, D Gaborieau y A Yassi. 1994. Evaluación de gases anestésicos residuales, estrategias de seguimiento y correlación entre niveles de óxido nitroso y síntomas de salud. Am Ind Hyg Assoc J 55 (1): 36 42-.

Turner, AG, CH King y G. Craddock. 1975. Medición y reducción del ruido. El perfil de ruido del hospital muestra que incluso las áreas "tranquilas" son demasiado ruidosas. Hospital JAHA 49: 85-89.

Grupo de trabajo de servicios preventivos de EE. UU. 1989. Guía de Servicios Clínicos Preventivos: Una Evaluación de la Eficacia de 169 intervenciones. Baltimore: Williams & Wilkins.

Vaillant, GE, NC Sorbowale y C McArthur. 1972. Algunas vulnerabilidades psicológicas de los médicos. Nueva Engl J Med 287: 372-375.

Vaisman, AI. 1967. Condiciones de trabajo en cirugía y sus efectos en la salud de los anestesiólogos. Eskp Khir Anesteziol 12: 44-49.

Valentino, M, MA Pizzichini, F Monaco y M Governa. 1994. Asma inducida por látex en cuatro trabajadores de la salud en un hospital regional. Ocupar Med (Oxf) 44 (3): 161 164-.

Valko, RJ y PJ Clayton. 1975. Depresión en las prácticas. Sistema nervioso 36: 26-29.

Van Damme, P y GA Tormanns. 1993. Modelo de riesgo europeo. En Actas de la Conferencia europea sobre la hepatitis B como riesgo laboral. 10-12.

Van Damme, P, R Vranckx, A Safari, FE Andre y A Mehevs. 1989. Eficacia protectora de una vacuna contra la hepatitis B de ácido desoxirribonucleico recombinante en clientes institucionalizados con discapacidad mental. Am J Med 87(3A):265-295.

Van der Star, A y M Voogd. 1992. Participación de los usuarios en el diseño y evaluación de un nuevo modelo de cama hospitalaria. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Van Deursen, CGL, CAM Mul, PGW Smulders y CR De Winter. 1993. Salud y situación laboral de las enfermeras diurnas en comparación con un grupo emparejado de enfermeras en turnos rotativos. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Van Hogdalem, H. 1990. Directrices de diseño para arquitectos y usuarios. En Construyendo para Personas en Hospitales, Trabajadores y Consumidores. Luxemburgo: Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo.

Van Waggoner, R y N Maguire. 1977. Un estudio de la pérdida de audición entre los empleados de un gran hospital urbano. Revista Canadiense de Salud Pública 68: 511-512.

Verhaegen, P, R Cober, DE Smedt, J Dirkx, J Kerstens, D Ryvers y P Van Daele. 1987. La adaptación de las enfermeras nocturnas a los diferentes horarios de trabajo. Ergonomía 30 (9): 1301 1309-.

Villeneuve, J. 1992. Une demarche d'ergonomie participative dans le secteur hôspitalier. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

—. 1994. PARC: Des fundaciones sólidas para un proyecto de renovación o construcción. Objetivo de prevención (Montreal) 17(5):14-16.

Wade, JG y WC Stevens. 1981. Isoflurano: ¿Un anestésico para los años ochenta? Analg 60 (9): 666 682-.

Wahlen, L. 1992. Ruido en el entorno de cuidados intensivos. Revista canadiense de enfermería de cuidados críticos, 8/9(4/1):9-10.

Walz, T, G Askerooth y M Lynch. 1983. El nuevo estado de bienestar al revés. En Trabajo social en un mundo turbulento, editado por M Dinerman. Washington, DC: Asociación Nacional de Trabajadores Sociales.

Varitas, SE y A Yassi. 1993. Modernización de una planta procesadora de ropa: ¿Es realmente una mejora? Aplicación Ergon 24 (6): 387 396-.

Weido, AJ y TC Sim. 1995. El floreciente problema de la sensibilidad al látex. Los guantes quirúrgicos son solo el comienzo. Posgrado med 98(3):173-174,179-182,184.

Wiesel, SW, HL Feffer y RH Rothmann. 1985. Dolor lumbar industrial. Charlottesville, Virginia: Michie.

Wigaeus Hjelm, E, M Hagberg y S Hellstrom. 1993. Prevención de trastornos musculoesqueléticos en auxiliares de enfermería mediante el entrenamiento físico. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Landsberg/Lech: Ecomed Verlag.

Wigand, R y Y Grenner. 1988. Personaluntersuchungen auf Immunität gegen Masern, Varizellen und Röteln, Saarländ. Arztebl 41: 479-480.

Wilkinson, RT, PD Tyler y CA Varey. 1975. Horas de trabajo de los jóvenes médicos de hospital: Efectos sobre la calidad del trabajo. Psicología ocupacional J 48: 219-229.

Willett, KM. 1991. Pérdida de audición inducida por ruido en el personal ortopédico. J Bone Joint Surg 73: 113-115.

Williams, M y JD Murphy. 1991. Ruido en unidades de cuidados intensivos: un enfoque de aseguramiento de la calidad. Revista de Calidad de Atención de Enfermería 6 (1): 53 59-.

Organización Mundial de la Salud (OMS). 1990. Directrices sobre el SIDA y primeros auxilios en el lugar de trabajo. OMS AIDS Series No. 7. Ginebra: OMS.

—. 1991. Directrices de Bioseguridad para Laboratorios de Diagnóstico e Investigación que Trabajan con VIH. OMS AIDS Series No. 9. Ginebra: OMS.

—. 1995. Informe Epidemiológico Semanal (13 de enero).

Wugofski, L. 1995. Accidente de trabajo en trabajadores de la salud—Epidemiología y prevención. En Salud ocupacional para trabajadores de la salud, editado por M Hagberg, F Hofmann, U Stössel y G Westlander. Singapur: Comisión Internacional de Salud Ocupacional.

Yassi, A. 1994. Agresión y abuso de trabajadores de la salud en un gran hospital universitario. Can Med Assoc J 151 (9): 1273 1279-.

Yassi, A y M McGill. 1991. Determinantes de la exposición a sangre y fluidos corporales en un gran hospital universitario: Peligros del procedimiento intravenoso intermitente. American Journal of Infection Control 19 (3): 129 135-.

—. 1995. Eficacia y rentabilidad de un sistema de acceso intravenoso sin aguja. American Journal of Infection Control 22 (2): 57 64-.

Yassi, A, J Gaborieau, J Elias y D Willie. 1992. Identificación y control de niveles peligrosos de ruido en un complejo hospitalario. En Ergonomie à l'hôpital (Ergonomía hospitalaria), editado por M Estryn-Béhar, C Gadbois y M Pottier. Simposio Internacional París 1991. Toulouse: Ediciones Octares.

Yassi, A, Gaborieau D, I Gi